Como estudiante de la Universidad Santo Tomas de Colombia, tuve la gran oportunidad de visitar dos comunidades Budistas que se encuentran ubicadas en la ciudad de Bogotá. Las dos de dos ramas diferentes del Budismo, Una de ellas, enfocada a el Budismo tibetano, allí, cordialmente nos recibió a mi y a mis compañeros, una laica llamada Olga, quien nos explico de una manera bastante fácil de entender el budismo en general y específicamente el Budismo tibetano, nos mostró el lugar y nos presento con el monje encargado de esta comunidad, me parecía fascinante, un monje como los de las películas, con un atuendo naranja, rapado y hablando tibetano con otra laica que se encontraba con el. Una pequeña casa en un tranquilo barrio de Bogotá, con un bello jardín y en el una gran estatua de buda en posición de meditación, Bastante interesante esta visita.
Poco después visite otra comunidad Budista, esta vez de Budismo Zen, aunque los monjes estaban bastante ocupados mientras la visita, nos atendieron de una manera agradable y contestaron algunas preguntas que les hacíamos acerca de su comunidad, creencia, tradiciones, incluso preguntamos de donde venia el dinero para mantener el templo, a lo que contestaron que el ser budista no significaba estar en el templo todo el día sin hacer mas que meditar y estudiar, que ellos tienen profesiones y trabajos como cualquier otro ciudadano.
Como opinión personal, me agrada mucho esta cultura y sus tradiciones, me gusta que no se trata de controlar al las personas que practican esta religión, sino que cada quien puede hacer lo que quiera, pero esto puede traer consecuencias para si mismo que podrían no ser buenas, como comer carne, cada quien es libre de elegir su alimentación, pero debe acarrear con el karma que esto conlleve.
Juan David Vivas
27/ mayo/ 2013
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